2023 está resultando un año un poco raro. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), este invierno ha sido bastante cálido. Girona llegó a los 24,6ºC el 4 de enero. Los Reyes Magos se quitaron las capas y repartieron los juguetes en camiseta y los tortosinos el 29 de diciembre celebraron las uvas casi en bañador con sus 24,5ºC.
Explicada la anécdota, la verdad es que estos hechos no son nada divertidos ni buenos. Cada vez se hace más patente el cambio climático. Estamos sufriendo una severa sequía porque no ha llovido prácticamente nada. La agricultura lo nota y si sigue así, pronto afectará al uso del agua de boca. Estamos ante una crisis hídrica importante.
Pero no nos pongamos pesimistas, o al menos, no perdamos la esperanza. Hoy, 20 de marzo, empieza la primavera y, a pesar de que la AEMET espera temperaturas elevadas durante los próximos meses, también recuerda que esta es una estación con lluvias.
La primavera en Barcelona
Los barceloneses aprovechan la vitalidad de la primavera para salir por sus calles y parques.
Ciutat Vella celebra varias procesiones en Semana Santa. Este año toca en abril. El 10 de abril, en Catalunya se celebra el lunes de Pascua, y los padrinos regalan “la Mona” más dulce a sus ahijados como es tradición. Dos semanas más tarde celebraremos la Diada de Sant Jordi, y para mí será el domingo más bonito del año. Los barceloneses se perderán por las calles paseando entre las paradas de libros, esperando una dedicatoria de su escritor favorito y muchos de ellos lo harán acompañados por su pareja con la correspondiente rosa. Además, Barcelona volverá a recuperar las Ramblas y la “superilla” en el Eixample que llegará hasta Gran de Gràcia.
El Primero de Mayo, día del trabajador, cae en lunes. Muchos aprovecharán el puente para descansar y sólo se manifestarán sindicatos y trabajadores comprometidos.
La vista y el olfato. Llega Sant Ponç
Diez días más tarde, vuelve la fiesta en la calle con la Fira de Sant Ponç. El 11 de mayo la calle Hospital se convertirá en un hormiguero. Pero no solo en Ciutat Vella se celebra esta fiesta tradicional, en el vell Sarrià, la pequeña y acogedora plaza de Sant Vicenç, cada año el santo ve cómo se llena de paraditas que venden miel, productos artesanos, fruta confitada, plantas medicinales y aromáticas. Es fácil ver a niños descubriendo colores y olores. Las maestras aprovechan para explicar lo que los artesanos y payeses venden.
En Barcelona siempre es festivo la Segunda Pascua o Pentecostés. Sin embargo, este año no se celebrará el 29 de mayo. Y es que el Ayuntamiento traslada el puente al 5 de junio para evitar el absentismo de los barceloneses. En un puente, no se pueden celebrar elecciones. Y el 28 de mayo toca ir a votar.
El Corpus Christi siempre cae en jueves. Y se espera soleado. El refranero español dice que “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión” Si falla, a quejarse a la Aemet. Así pues, este 8 de junio veremos a “L’ou com Balla” festejar con ritmo sobre el surtidor de las fuentes adornadas con coloridas flores y frutas por el barrio Gòtic.
Barcelona primaveral
Barcelona es una ciudad verde, una de las más arboladas de Europa. Más de la mitad son plataneros. Víctor Mora homenajeó la ciudad con su novela “Els Plàtans de Barcelona”.
Parcs i Jardins, el organismo municipal encargado de cuidar nuestra flora, hace tiempo que empezó a sustituir los plataneros por otros árboles con floración para que no produzcan tantas alergias.
La idea era dotar las calles barcelonesas de color y sombra.
En el barrio de Sant Antoni, el árbol elegido fue la sófora o acacia del Japón, de floración blanca. El Cercis cilicuastrum, conocido como árbol de amor por sus hojas en forma de corazón y sus preciosas flores de color rosáceo, se fue a la Izquierda del Eixample.
El tilo de flor amarilla lo encontramos en los chaflanes de la Dreta de l’Eixample y es uno de los árboles más queridos por los antiguos pobladores de Alemania. Los teutones lo adoraban para estar bajo la protección de la diosa del amor, Freya.
En el barrio de la Sagrada Familía, se plantaron cinamomos y cuando florecen las calles se tiñen de color lila pálido mientras que en el barrio del Fort Pienc, el azul de las flores de las jacarandas es el color protagonista.
Estos alegres árboles adornan nuestras calles con color mientras que los plataneros, majestuosos, nos envuelven con sus ramas en un túnel verde para cobijarnos del sol mientras esperamos el solsticio de verano.
La verbena de Sant Joan nos dará paso al verano y despedirá a la primavera.
